El P. Thomas
Fundador de los Rosarianos
Sri Lanka, 1886-1964
El monje loco
En realidad el verdadero nombre de este “rishi” (sabio) hindú era Bastiampillai Anthonipillai; pero debido a su inteligencia penetrante y a su dedicación al estudio, sus condiscípulos de seminario lo apodarían “El Filósofo”. El P. Luís Coquil, o.m.i., su profesor, haciendo honor a su profundo conocimiento del tomismo, con mejor acierto, le daría el nombre del Doctor Angélico: Thomas, y así se le llamará en adelante.
Anthonipillai nació el 7 de marzo de 1886 en Padiyanthalvu, una aldea cerca de Jaffna (Sri Lanka). El recién nacido estaba tan débil que se pensó no sobreviviría un solo día. Pero contra todo pronóstico, a pesar de su debilidad y precaria salud, alcanzaría la edad de 78 años. Terminados sus estudios primarios, pasa al prestigioso Colegio Mayor Saint Patrick de Jaffna, a cargo de los Oblatos, y en 1903 coronará brillantemente sus exámenes con la calificación de sobresaliente por la Universidad de Cambrige.
VOCACIÓN FULMINANTE
Debido a su delicada salud y la dependencia constante de médicos y farmacias, había renunciado a la idea del sacerdocio. Pero un buen día, en clase de Biblia, el profesor explicaba la exigencia del llamamiento radical de Jesús: “Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame” (Mt 16, 24). Esas palabras fueron decisivas. Se armó de valor y, contra viento y marea, emprendió una carrera de obstáculos hacia el sacerdocio.
En 1907, con otros candidatos oblatos, viaja a Colombo para iniciar el noviciado. En el escolasticado, aceptando sus limitaciones que le incapacitan para el trabajo físico, se daría de lleno al estudio. La enfermedad se agrava hasta tal punto que se pensó que se moría y le administraron la “extremaunción” (como se decía entonces). Ya a las puertas de la ordenación, debido a su debilidad física, el Obispo se resiste a imponerle las manos. Él insiste y lo ordena el 6 de enero de 1912.
AMIGO DE LOS HINDÚES
El médico de cabecera diagnosticó que no viviría mucho tiempo. Recomienda a sus superiores que lo dediquen a una vida sosegada y tranquila. Por eso lo envían al colegio de S. Patricio. Pero allí desarrollará una actividad desbordante. Lo ponen al frente de la Residencia Hindú. Gran conocedor de los escritos hindúes y de los clásicos hindi, entabla diálogo serio con los estudiantes hindúes. Sin fomentar el proselitismo, sólo por su presencia y testimonio, varios abrazarán la fe católica. Algunos incluso el sacerdocio: tres oblatos, dos diocesanos y un rosariano.
PIONERO DE LOS ASHRAMS CRISTIANOS
En 1924 Pío XI, el Papa de las Misiones, publica la encíclica Rerum Ecclesiae. En ella insta a los obispos misioneros a implantar comunidades contemplativas en los países de misión. Mons. Alfredo Guyomard, o.m.i., obispo de Jaffna, gran amigo del P. Tomás, consciente de sus dotes y de sus conocimientos del monaquismo occidental, lo empuja a fundar monasterios contemplativos en la Isla. “Usted es mi obispo, dice humildemente este oblato enfermo e inválido, usted representa para mí a Cristo y a su Vicario en la tierra. Si me lo ordena, yo simplemente obedezco”. Así, por obediencia, funda una congregación de monjes autóctonos, los Rosarianos, primera comunidad indígena de monjes orantes que surge en Asia. El Instituto fue erigido canónicamente el día de la Asunción de 1934. En 1948, tras tres intentos fallidos, gracias a la decisiva cooperación personal de sor Juana María Hompanera, una española, religiosa de la Sagrada Familia de Burdeos, enferma e inválida como él, brota por fin la rama femenina de las Rosarianas. Ellos y ellas harán florecer, en la Isla sobre todo como en la India, varios ashrams (monasterios) cristianos.
INCULTURACIÓN Y PUENTE INTERRELIGIOSO
Gran estudioso de la tradición monacal de benedictinos y trapenses, implantará en sus monasterios ese género de vida cenobítica, pero encarnado en la cultura indígena: ayuno penitencial y riguroso 365 días al año (que deberá ser mitigado posteriormente), dieta estrictamente vegetariana para tender un puente a los hindúes y budistas, vida contemplativa, canto coral “carmático” en lugar del clásico gregoriano, trabajo compartido con los lugareños para ofrecerles sustento y promoción… Todo ello en el máximo respeto a las ricas tradiciones de la cultura local. Oración y penitencia serán los dos pilares sobre los que se asienta esa experiencia monástica.
EL MONJE LOCO DE THOLAGATTY
El propio P. Thomás, a pesar de su siempre precaria salud, será un modelo de estricta observancia. Dormía escasamente dos o tres horas diarias. Por eso y debido al rigor del silencio y ayuno de sus primeros monjes y sobre todo por aceptar en la comunidad hombres de castas inferiores, algunos lo llamaban el monje loco de Tholagatty (lugar de la primera fundación). Él acogió con gusto ese apodo como un elogio, pues había propuesto a su nueva familia religiosa como lema: “Nos stulti propter Christum” (Nosotros necios por Cristo) (I Cor 4,10).
El materialismo imperante, la pobreza agobiante de los más, consecuencia de la injusta distribución de bienes, y el sistema de castas eran las tres aberraciones que quería corregir. Se enfrentó deliberadamente contra el sistema ancestral de las castas, admitiendo candidatos de todas ellas sin distinción alguna, exigiendo a todos vivir y servir animados únicamente por la caridad de Cristo. Pese a la dura oposición tanto de fuera como de dentro de la misma Iglesia, se mantuvo firme en su decisión e insistía que el tema de las castas no se debía ni mencionar en la comunidad.
SI QUERÉIS VER UN SANTO…
Tras soportar a lo largo de su vida serias dificultades y numerosos sufrimientos, su quebrantada salud le obligaría a ser hospitalizado con frecuencia. Por eso decidieron retirarlo del ashram para pasar sus últimos días en el obispado, en compañía de sus hermanos oblatos. El 26 de enero de 1964 exhaló suavemente el último suspiro.
Poco antes de morir recibió la visita del Superior General de los Oblatos, el P. León Deschâtelets. Éste, de vuelta a Roma, dijo a los estudiantes del escolasticado internacional: “Si queréis ver un santo de verdad, tenéis que ir a Tholagatty. Uno encuentra en ese anciano todo lo que suele evocar la palabra santidad. Todo en él responde a la idea que tenemos de un hombre de Dios”
Su Causa de Canonización se halla aún en fase diocesana (Jafna, Siri Lanka), en manos de los Rosarianos, con las dificultades inherentes a la situación delicada del país. J.M.V.
Comunidad rosariana de Tholagatty con 3 Oblatos:
el P.Thomas, Mons. Guyomard y el P. Manka
PARA SABER MÁS:
A SAINT FOR SRI LANKA, Biography of Rev. Fr. B. A. Thomas, O.M.I., Philips E. Jesuthasan OMI, Oblate Scholasticate, Ampititiya, Sri Lanka.
BASTIAMPILLAI ANTHONIPILLAI THOMAS, O.M.I., Un Rosariano, Herencia Oblata 3, editado en México en 1992 por la Oficina Provincial oblata. Existe también en inglés (es el original) y en francés: Héritage Oblate 3, Roma, Postulación General, 1992.